Lácteos Labadía

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EN NUESTRA QUESERÍA LABADÍA DE PETRAMORA UTILIZAMOS EXCLUSIVAMENTE LECHE DE PASTO DE NUESTRAS OVEJAS CHURRAS PARA ELABORAR LECHE, KÉFIR, YOGURES Y QUESOS.

La Dehesa de la Guadaña es un enclave idílico de 680 hectáreas de encinas, fresnos, álamos blancos, chopos y campos de cultivo que constituyen el escenario de este paraje. El Río Esla aporta agua fresca ilimitada para los animales llenando de verdor a su paso los 4 kilómetros que limita con la finca. Un espacio que transmite sensación de armonía y equilibrio para los animales que pastan en libertad.

La quesería de Labadía sale a la luz después de años de esfuerzo. Nuestros productos representan a nuestros ganaderos y queseros, a nuestras ovejas, a nuestro entorno y a la transformación de un producto tan humilde como es la leche en estos lácteos artesanos tan especiales. 

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El origen de Labadía comienza en la Dehesa de la Guadaña, Zamora. Un pequeño paraíso de 680 hectáreas que hemos creado para nuestras vacas pardas de montaña y ovejas churras.

"Buenísimo sabor y cremosidad" (Kéfir)

"De sabor suave, pero distinto por la leche de oveja. La textura es muy agradable." (Yogur natural)

"Muy cremoso, con un sabor muy bueno. Con un chorrito de aceite por encima el aperitivo ideal" (Queso tierno)

"Este queso fresco es una auténtica locura. En casa lo utilizamos para desayunar, en meriendas mezclando el queso fresco con fresas, en ensaladas o solo a cucharadas. El sabor es increíble, un sabor muy suave que no te esperas al ser de leche de oveja. ¡Un vicio que ya no falta en mi nevera!" (Queso fresco)

"Puede que sea el mejor yogur de vainilla que haya probado nunca. Cremoso, nada acido, un sabor buenísimo." (Yogur de vainilla)

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El origen de Labadía comienza en la Dehesa de la Guadaña, Zamora. Un pequeño paraíso de 680 hectáreas que hemos creado para nuestras vacas pardas de montaña y ovejas churras.

Para lograr estos productos lácteos, utilizamos exclusivamente leche de nuestras ovejas churras, una raza autóctona de Castilla y León que pastorean en libertad en nuestra dehesa. Cada mañana y tarde, recogemos con sumo cuidado entre 160 y 200 litros de leche, una producción pequeña pero llena de calidad y sabor. Además, su cuidadosa alimentación, basada en pastos y forrajes de nuestra propia dehesa, y complementada con legumbres de cultivos colindantes, hace que la leche sea aún más rica en aminoácidos y nutrientes.

El animal de dos patas de nuestra finca (esto es, el humano) es clave en el desarrollo de todos nuestros productos. Pastores, queseros, veterinarios, investigadores … conocen a la perfección las necesidades de nuestros animales, permitiéndoles crear vínculos de confianza a lo largo de todos estos años. Esta relación nos aporta el conocimiento y el control para garantizar el bienestar animal y la creación de productos únicos y de calidad con mucho cariño.  Comprometidos con el valor de la tradición quesera, los procesos a los que sometemos nuestra materia prima son completamente artesanales.