Son quesos de oveja los quesos elaborados con leche de oveja. Tanto si se han elaborado con leche cruda de oveja como con leche pasteurizada de oveja. Según su grado de curación hay distintos tipos de queso:

• Tierno
• Semitierno o semicurado
• Curado
• Añejo

Entre los tipos de queso elaborado con leche de oveja más reconocidos están el queso zamorano, el queso manchego y el queso Idiazábal.

Cuando la calidad de la leche y la elaboración es cuidada, todos los quesos son saludables. La leche de oveja tiene hasta un 80% más de calcio que la de cabra y más proteína que la leche de vaca. Y la de cabra tiene la mitad de grasa que la de oveja. Las tres tienen ácidos grasos buenos, vitamina E, A y K y ayudan a prevenir la anemia.

En un mundo ideal se conservaría en bodega. Aunque, para la mayoría de mortales, lo más parecido a esas condiciones se logra en la nevera envuelto en papel encerado o paños húmedos. Ten en cuenta qué le pasa al queso fuera de la nevera: puede perder grasa, desarrollar moho, y su textura y sabor cambian. Si te vas de vacaciones y tienes aún queso, puedes cortarlo en dados y conservarlo cubierto con aceite de oliva virgen extra en un tarro hermético para guardar en lugar fresco, seco y oscuro.

Solo, en ensaladas, sandwiches, pinchos, carpaccios, con pasta, verduras... El queso artesano de oveja de sabor intenso combina bien con frutos secos, mermeladas dulces, chutneys y chacinas. El de Idiazábal ahumado de oveja latxa con sidra, nueces, txakolí. Puedes comprar quesos de oveja artesanos con ingredientes originales como ajo negro, azafrán o pimienta para una cena con embutidos artesanos.

El queso de oveja curado bien conservado entero puede durar hasta cuatro meses o incluso más. Puedes comprar queso de oveja en cuñas al vacío que duran más tiempo, pero una vez abierto mejor consúmelo en un plazo de 2-4 semanas.