¿Has probado a hacer una pizza casera con burrata en vez de emplear mozzarella?
Sí, la burrata. Ese queso con el que se nos cae la baba y somos capaces casi de saborearlo solo con pensar en la stracciatella —ese corazón hiper cremoso de crema de leche y pasta hilada— brotando de su interior.
Muchas veces asociamos la burrata a la mozzarela, llegando incluso a confundirlas, pero no son lo mismo. La principal es que la burrata es un queso mucho más cremoso y suave que la mozzarella, es por ello que será, en esta ocasión, el queso elegido para nuestra pizza. En concreto, en su formato reducido, también conocido como burratina.
Incluiremos también corazones de alcachofa —muy sabrosos, de Tudela, elaborados de manera artesanal—, unas anchoas —piezas seleccionadas minuciosamente capturadas en el mar Cantábrico; tersas, de sabor intenso y textura muy carnosa—, unas piparras —en vinagre de vino blanco, con piel fina y carne tierna— y un poco de albahaca.
Todo ello sobre una base auténtica. Una masa de pizza italiana al natural, elaborada con harinas seleccionadas. Horneada en horno de piedra, lo que le confiere un aroma y un sabor único, a la verdadera masa de pizza italiana.
¡Vamos allá con la receta! Explicaremos de manera sencilla el paso a paso de un plato perfecto para solucionar una comida o una cena, listo en apenas 20 minutos. También es ideal para preparar junto a los más pequeños de la casa, pues disfrutarán mucho colocando cada uno de los ingredientes y saboreando su propia pizza.