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Tras muchas visitas a queserías, esta es nuestra selección de quesos de vaca. Encontrarás una amplia variedad de quesos tiernos de vaca y de semicurados de vaca. Pero también podrás descubrir algún queso fresco o curado así como varios quesos viejos de vaca. Cada uno, con su sabor y su historia.

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¿Cuál es el queso de vaca?

El queso de vaca es el que se elabora con leche de vaca. A su vez, estos quesos se pueden clasificar, según el tratamiento que recibe la leche, en quesos de leche pasteurizada, como el Gorgonzola, o en quesos de leche de vaca cruda, como el Camembert. Puedes comprar queso de vaca fresco, tierno, semicurado o añejo, según su grado de maduración, seleccionando en Petramora tus preferidos entre más de 20 quesos de vaca artesanos diferentes.

¿Qué diferencia hay entre el queso de cabra y el queso de vaca?

El queso de vaca está elaborado con leche de vaca y el queso de cabra con leche de cabra. Cada una de estas leches tiene distintas características y por eso también los quesos elaborados con ellas son diferentes. El queso de vaca tiene un sabor y aroma más suave que el de cabra, mientras que éste es más intenso y contiene, generalmente, menos grasa.

¿Qué pasa si como mucho queso de vaca?

Tranquilidad, no te convertirás en una vaca. En el equilibrio está la virtud. Puedes comer a diario queso en una cantidad moderada de unos 40 gramos siempre que no seas intolerante a la lactosa. Los especialistas en nutrición recomiendan tres raciones de lácteos al día y eso incluye los quesos elaborados con leche de vaca. Puedes elegir queso fresco de vaca, que contiene menos grasa que los de pasta blanda o los curados. Lo ideal es que el conjunto de tu alimentación sea saludable y equilibrada. Puedes comprar queso para un tentempié, para añadir a sandwiches y ensaladas, preparar tablas de queso de aperitivo, como postre o para disfrutarlo con membrillo o confitura en el desayuno.

¿Es bueno el queso de vaca?

Los quesos elaborados con leche de vaca son ricos en proteínas, ácido fólico, calcio, fósforo y zinc, además de otros aminoácidos. Estos nutrientes ayudan a fortalecer y mantener en buen estado huesos y dientes. Algunas personas tienen ganas de comer queso cuando están cansadas porque les hace sentirse bien. Esto es debido a su riqueza en un aminoácido llamado tirosina que es precursor de varios transmisores y hormonas, entre ellas la dopamina y la adrenalina, que ayudan a combatir la fatiga, recuperar la energía y minimizar el almacenamiento de grasas.

¿Qué parte del queso no se come?

En algunos quesos de vaca no se come la corteza en caso de ser artificial, pero si es natural o con mohos se puede comer sin problema. A nivel organoléptico es clave para disfrutar de todo su sabor y aroma.